Quiero que imagines el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) como un pulpo cuyos tentáculos llegan a todos los aspectos de la vida. Imagínese ese pulpo creciendo, estirándose y evolucionando con el tiempo. Esta es la realidad para muchas personas con TDAH no diagnosticado: el desarrollo de otros síntomas o diagnósticos (p. ej., enfermedades comórbidas). El número de síntomas se multiplica a medida que se retrasa el reconocimiento y diagnóstico del TDAH.
Como terapista, he sido testigo de un fenómeno fascinante: cuanto más tiempo pasa sin detectarse el TDAH, más probabilidades hay de que genere desafíos adicionales. Estos desafíos, como los tentáculos del pulpo, envuelven varios aspectos de la vida de una persona, creando una compleja red de síntomas y condiciones coexistentes.
Bienvenido al mundo del pulpo con TDAH, una criatura de notable complejidad, a menudo incomprendida. Sumerjámonos profundamente en sus aguas y desvelemos el misterio de cómo un diagnóstico puede transformarse en muchos.
El Pulpo del TDAH
Sí, es la mejor forma en que puedo describirlo. El diagnóstico de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) es la cabeza del pulpo, y otros síntomas como la ansiedad, la depresión, las dificultades sociales, la baja autoestima, la automedicación con sustancias controladas, y la lista continúa, son los tentáculos de ese pulpo.
¿Has visto cómo los pulpos mueven sus tentáculos en distintas direcciones, pero cuando
nadan los mueven al mismo tiempo? Comprender la complejidad de nuestros comportamientos
nos ayuda a nadar en una sola dirección.
Cuando se trabaja con clientes que navegan por emociones complejas, dificultades en el
funcionamiento ejecutivo, dificultades sociales y más, es beneficioso reflexionar y comprender
tanto la cabeza del pulpo del TDAH como todos los tentáculos: otros síntomas que están
creando dificultades para el individuo. Esto ayuda a desarrollar un plan claro para abordar la
complejidad de los síntomas, ayudando a la persona a tomar las riendas de su vida y alcanzar
sus objetivos.
La Cabeza del Pulpo: El Núcleo del TDAH
Una mirada a la cabeza del pulpo. El TDAH es un diagnóstico que se incluye en la categoría de
Trastornos del Desarrollo del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales -V-
Edición Revisada (DSM-V-TR).
Trastorno del Desarrollo se refiere a condiciones que están presentes desde el nacimiento,
afectando al desarrollo y funcionamiento del individuo a lo largo de su vida. En otras palabras,
¡es la forma en que el cerebro ya está configurado desde el nacimiento! En esencia, el TDAH
es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a las funciones ejecutivas del cerebro. Estas funciones, como un capitán que dirige un barco, son responsables de gestionar nuestros pensamientos, acciones y emociones. En el cerebro del TDAH, este centro de mando funciona de forma diferente.
Las personas con TDAH experimentan alteraciones del desarrollo en las áreas de:
Desafíos de la Función Ejecutiva: impulsividad, dificultades para resolver problemas, dificultad para hacer planes, seguir instrucciones, falta de perseverancia, dificultad para mantener la concentración, atención inconsistente, desorganización, dificultad parar esistir tentaciones o autocontrol, actividad motora excesiva en lugares o situaciones noi ndicadas
Dificultades en la regulación de las emociones: hiperactivación emocional, experiencias emocionales intensas que se resuelven rápidamente, dificultades para autocalmarse.
Manejo y Organización del tiempo: mala percepción del tiempo, procrastinación, dificultad para cumplir los plazos, dificultad para estimar el tiempo que llevarán las tareas.
Memoria de trabajo: dificultad para retener información durante periodos breves, olvido de instrucciones o tareas, problemas para no perder de vista las pertenencias.
Un individuo que experimenta estas dificultades puede tener dificultades significativas para
completar tareas personales, escolares, laborales o sociales. Pueden tener dificultades para
leer las señales sociales, hablar en exceso, interrumpir a los demás o tener dificultades para
escuchar a los demás. Esto puede contribuir a dificultar el mantenimiento de amistades. En el
mundo escolar o laboral, los déficits en el funcionamiento ejecutivo pueden contribuir a un
rendimiento irregular, dificultades para completar tareas, problemas para organizarse con las
tareas y los materiales, o dificultades para mantener la concentración.
Desde el centro de comando central se envían señales a los distintos tentáculos, que influyen
en la forma en que el TDAH se manifiesta en diferentes aspectos de la vida. Comprender este
núcleo nos ayuda a entender por qué el TDAH es algo más que un conjunto de síntomas: es
una diferencia fundamental en el funcionamiento del cerebro.
Al igual que la capacidad del pulpo para regenerar las extremidades perdidas, el cerebro del
TDAH muestra una notable neuroplasticidad. Con el apoyo y las estrategias adecuadas, las
personas pueden reforzar sus funciones ejecutivas y controlar mejor sus síntomas.
Los Niños y el TDAH No Diagnosticado
Para los niños con TDAH no diagnosticado, las tareas cotidianas pueden parecer retos
insuperables. Su energía inquieta, su dificultad para concentrarse y su dificultad para seguir
instrucciones suelen provocar una cascada de problemas tanto en casa como en la escuela.
Los niños que tienen dificultades para sentarse quietos, completar tareas y seguir instrucciones
pueden tener problemas continuos con padres y maestros. Pueden sufrir medidas disciplinarias en la escuela, conflictos en casa por los deberes y las tareas domésticas, y un aumento del estrés familiar y escolar debido a la falta de comprensión sobre cómo ayudar y apoyar al niño.
Estos niños pueden empezar a preocuparse por “meterse en problemas” o ser castigados.
Pueden empezar a desarrollar creencias de “no ser lo suficientemente buenos.” Además, puede hacer que el niño sufra burlas, acoso o experimente el rechazo de sus compañeros, lo que puede llevar a un aumento de los problemas de conducta.
Sin un diagnóstico y una comprensión adecuados, estos niños pueden ser etiquetados como “problemáticos” o “vagos,” ocultando su verdadero potencial y sus fortalezas. Reconocer a tiempo los síntomas del TDAH puede ser crucial para proporcionar el apoyo y las estrategias que estos niños necesitan para prosperar, convirtiendo las posibles dificultades en oportunidades de crecimiento y éxito.
Los Adolescentes y el TDAH no Diagnosticado
La adolescencia ya trae consigo una oleada de hormonas, exploración de cómo navegar las relaciones sociales, las relaciones con los padres, y el desarrollo de su propia identidad. El desarrollo de las creencias y la personalidad de los adolescentes está en pleno apogeo. Esto ya es de esperar durante la adolescencia.
Ahora bien, si consideramos a un adolescente con síntomas de TDAH no diagnosticados y esperamos que tenga “éxito académico,” que se relacione adecuadamente con sus compañeros y su familia, y que tome “buenas” decisiones sin tomar en cuenta enfoques ya poyos diferentes, estamos preparando a ese adolescente para posibles complicaciones alt ratar de desenvolverse en la escuela, con sus compañeros, en sus pasatiempos y con suf amilia.
Los adolescentes que tienen dificultades para leer las señales sociales y mantener amistades
pueden ser más vulnerables a la presión de grupo o tornarse socialmente aislados. La vida en
el hogar puede ser tensa al no ser comprendidos por sus hermanos o padres. En la escuela,
pueden tener dificultades para seguir las clases y los trabajos escolares, aunque sean inteligentes y capaces de entender el trabajo.
Si un adolescente es objeto de críticas constantes por parte de los adultos, puede desarrollar
una baja autoestima, síntomas de depresión y ansiedad, y experimentar con sustancias como
mecanismo para evitar sus problemas. Pueden tener dificultades para imaginar un futuro
exitoso, sintiéndose siempre por detrás de sus compañeros en el desarrollo académico y social.
Sin embargo, reconocer el TDAH durante la adolescencia puede ser un punto de inflexión. Con
el diagnóstico y el apoyo adecuados, los adolescentes pueden empezar a comprender su
funcionamiento cerebral único, desarrollar estrategias eficaces y aprovechar sus puntos fuertesr elacionados con el TDAH. Esta comprensión puede abrir el camino hacia una mayor autoestima, un mejor rendimiento académico, unas relaciones más sanas y una visión más positiva de su potencial futuro.
Los Adultos y el TDAH no Diagnosticado
Si un individuo llega a la edad adulta con un diagnóstico de TDAH no identificado, es probable que el impacto del TDAH haya afectado todos los aspectos de la vida, creando una compleja red de desafíos que pueden sentirse abrumadores e inmanejables.
Los adultos pueden tener dificultades para gestionar relaciones sociales sanas o mantener un trabajo seguro. Las
dificultades en el empleo, la gestión de facturas y un presupuesto, conducen a la incertidumbre en su capacidad para ser una persona independiente y autosuficiente. Estos adultos pueden tener dificultades para realizar tareas domésticas rutinarias, como la limpieza o la preparación de comidas. Pueden tener problemas de impuntualidad crónica por dificultades en el manejo del tiempo. Debido a sus dificultades para planificar y organizar, pueden incumplir plazos, descuidar las revisiones y los seguimientos médicos periódicos o tener deficiencias en sus rutinas de higiene del sueño. Debido a los años de fracasos percibidos, estos adultos pueden haber desarrollado una baja autoestima. Más aún, pueden tender a desarrollar auto-dialectos negativos, ansiedad, depresión y consumo de sustancias como automedicación.
Aquí visualizamos un pulpo con todos sus tentáculos extendidos y moviéndose en distintas
direcciones. El adulto con TDAH no diagnosticado lucha por manejar eficazmente diversos
aspectos de su vida. El efecto acumulativo de años de síntomas de TDAH no identificados
puede conducir a una profunda sensación de insatisfacción y duda de sí mismo.
Es crucial comprender que el diagnóstico a cualquier edad puede ser transformador. Con la
identificación y el tratamiento adecuados, los adultos con TDAH pueden comprender mejor los
patrones y desafíos a lo largo de su vida, desarrollar estrategias eficaces para controlar los
síntomas, reconstruir la autoestima y descubrir fortalezas ocultas, y mejorar las relaciones y las
perspectivas profesionales.
Aunque el viaje de un adulto recién diagnosticado de TDAH puede ser difícil, también ofrece
oportunidades de crecimiento y autodescubrimiento. Al igual que un pulpo que aprende a coordinar sus tentáculos, los adultos con TDAH pueden aprender a manejar los diversos
aspectos de sus vidas con mayor eficacia, lo que conduce a una mayor estabilidad, realización
y éxito.
El Pulpo del TDAH: Cuando los tentáculos se multiplican
Una mirada a los tentáculos del pulpo. Imaginemos nuestro pulpo del TDAH, inicialmente con sus síntomas centrales representados por unos pocos tentáculos. Como podemos ver, el TDAH ya trae consigo ciertos desafíos que pueden dificultar (no impedir) que el individuo se desarrolle y tenga éxito a lo largo de su vida.
Ahora, si un individuo no ha sido diagnosticado con TDAH o no participa en servicios de apoyo
emocional, como consejería, terapia grupal, atención plena (mindfulness), terapia artística o
musicoterapia, nuevos tentáculos pueden comenzar a crecer, cada uno de los cuales representa una afección comórbida o un desafío adiciona
Tentáculo de la Ansiedad
Para muchas personas con TDAH, el Tentáculo de la Ansiedad se enrosca firmemente
alrededor de la vida diaria, transformando las tareas rutinarias en fuentes de preocupación
persistente. El miedo constante a olvidar obligaciones importantes o a gestionar mal las
responsabilidades puede crear un estado perpetuo de alerta y estrés. Las interacciones
sociales se convierten en campos minados de posibles situaciones embarazosas, y los
percances del pasado relacionados con el TDAH alimentan un miedo paralizante a repetir los
errores. Esta ansiedad puede llevar a conductas de evitación, aislando aún más al individuo.
Además, la tendencia a pensar demasiado y rumiar los fracasos percibidos crea un ciclo de
autodiálogo negativo y disminución de la confianza en uno mismo. Este estado de ansiedad no sólo exacerba los síntomas del TDAH, sino que también puede interferir en el sueño, la toma
de decisiones y la calidad de vida en genera
Tentáculo de la Depresión
Para los individuos con TDAH no diagnosticado, el tentáculo de la depresión puede envolver fuertemente su sentido de autoestima. Por ejemplo, si un individuo tiene un historial de dificultades para completar y/o mantener la concentración en una tarea, pero a menudo observa cómo otros pueden realizarla, esto puede contribuir a sentimientos de inadecuación. El individuo puede fomentar la creencia de “no soy bueno haciendo cosas” o “nunca tendré éxito",
lo que puede provocar síntomas de depresión y baja autoestima.
Tentáculo de la Desregulación Emocional
Si el individuo tiene dificultades para comprender o regular sus emociones, fácilmente irritable,
experimenta cambios de humor o tiene arrebatos emocionales, esto se conoce como
desregulación emocional. Estas fluctuaciones emocionales pueden afectar significativamente
los pensamientos y comportamientos, dificultando el desarrollo y mantenimiento de las
relaciones interpersonales. Los amigos, la familia y los compañeros pueden tener dificultades
para manejar estos cambios emocionales, lo que provoca malentendidos y conflictos. Con el
tiempo, estas turbulencias emocionales pueden contribuir al desarrollo de la ansiedad, ya que
las personas se vuelven aprensivas sobre sus propias reacciones. Además, los síntomas
visibles de desregulación emocional pueden ser malinterpretados por los demás, lo que puede
dar lugar a diagnósticos erróneos de problemas de conducta.
Tentáculo de las Dificultades Sociales
El tentáculo de las dificultades sociales del TDAH suele enredar a los individuos en una red de
desafíos interpersonales. Los comportamientos impulsivos, como expresar pensamientos sin
tener en cuenta su impacto, pueden llevar a frecuentes errores sociales. Junto con las dificultades para resolver problemas y reconocer señales sociales sutiles, estos rasgos pueden dar lugar a un patrón de malentendidos y conflictos. Las personas pueden tener dificultades para mantener amistades, trabajar en equipo o mantener relaciones románticas. En el ámbito académico, estos retos sociales pueden dificultar el trabajo en grupo y las interacciones en clase. En el ámbito profesional, pueden obstaculizar las oportunidades de establecer contactos y la dinámica de equipo. El efecto acumulativo de estas dificultades sociales puede ser de gran alcance, obstaculizando potencialmente el desarrollo social general y el éxito en diversos ámbitos de la vida. Este tentáculo a menudo se entrelaza con otros, como la desregulación emocional y la ansiedad, creando un complejo bucle de retroalimentación que puede afectar significativamente a la calidad de vida y al sentido de pertenencia de una persona.
Tentáculo del Consumo de Sustancias
Si la persona experimenta varios de estos síntomas y no recibe tratamiento, puede llegar a la
“automedicación” con sustancias controladas en un intento de controlar sus síntomas. Los
estimulantes pueden utilizarse para mejorar la concentración y la productividad, mientras que
los depresores pueden emplearse para calmar los pensamientos acelerados o controlar la ansiedad. Este peligroso mecanismo de afrontamiento, aunque proporciona un alivio temporal, suele desembocar en una espiral de adicción y complicaciones adicionales. La impulsividad característica del TDAH puede exacerbar el abuso de sustancias, haciendo más difícil romper
el ciclo.
Como vemos, cuanto más tiempo pasa el individuo sin obtener la ayuda que necesita para
comprender y regular los síntomas del TDAH, mayor es la probabilidad de que se compliquen
los síntomas
El Pulpo del TDAH: Una Perspectiva Holística
En mi experiencia como terapeuta, para los individuos que experimentan diagnósticos
comórbidos, la mejora de los síntomas en su totalidad, se basa en explorar y comprender cada
síntoma individual y cómo se entrelazan entre sí. Debemos comprender los síntomas del
TDAH y todas las fortalezas y debilidades resultantes.
Trastornos como la ansiedad, la depresión, las dificultades sociales, la baja autoestima o la
automedicación son síntomas situacionales, que nos permiten trabajar para lograr una gestión
eficaz o, en muchos casos, la eliminación de los síntomas.
Por otro lado, el TDAH, al ser un trastorno del neurodesarrollo, es una condición persistente.
Esto implica que el individuo debe desarrollar un autoconocimiento a través de un proceso
individual de comprensión de sus funciones, dificultades y retos personales que llevará consigo
a lo largo de su vida.
En base de este autoconocimiento, se puede establecer un plan de acción individualizado
adaptado a las necesidades y fortalezas únicas de la persona. Es clave comprender cómo
funciona el cerebro de un individuo y cómo funciona de manera diferente al de alguien sin
TDAH u otras condiciones del desarrollo neurológico. Esta información permite estrategias y apoyos mejor personalizados para ayudar a las personas a controlar sus síntomas y aprovechar sus fortalezas únicas. Además, fomentar este conocimiento puede reducir significativamente el estigma, promoviendo una perspectiva más inclusiva y compasiva hacia la neurodiversidad.
TDAH y Medicamentos
Dadas las dificultades en las funciones ejecutivas, en muchos casos es recomendable incluir
medicamentos que estimulen las conexiones neurocerebral para favorecer la capacidad de
realizar o completar tareas que requieran esfuerzo. Los medicamentos pueden ayudar a mejorar la concentración, reducir la impulsividad y mejorar el funcionamiento general. Sin embargo, la medicación debe considerarse como parte de un plan de tratamiento integral que incluya estrategias conductuales y otras intervenciones terapéuticas.
TDAH y Terapia
A través de la terapia individual trabajamos para explorar e identificar síntomas que afectan el funcionamiento de un individuo y determinar qué estrategias son las más adecuadas para promover un funcionamiento adecuado y saludable.
La terapia proporciona un espacio para que las personas comprendan cómo funciona su
cerebro y aprendan estrategias prácticas para lograr objetivos personales, laborales y sociales.
Técnicas como la terapia cognitivo-conductual (TCC), la atención plena (mindfulness) y el
desarrollo de habilidades del funcionamiento ejecutivo pueden ser particularmente efectivas
para ayudar a las personas con TDAH a mejorar su calidad de vida.
Una vez que somos capaces de identificar las necesidades del individuo, teniendo en cuenta
toda su complejidad, el individuo puede aprender a manejar todos sus “tentáculos” y moverse
en la dirección que quiere ir.
Este enfoque integral permite una estrategia de tratamiento más efectiva y personalizada,
abordando tanto los síntomas centrales del TDAH como los desafíos asociados representados
por cada tentáculo de nuestro pulpo del TDAH.
Si tú o un ser querido está pasando por alguna de estas situaciones, hoy es un buen día para
explorar un océano de posibilidades.
Disclaimer: Our content is on and related to the topic of mental health. The content is general information that may or may not apply to you. The content is not a substitute for professional services. This website does not contain professional advice, nor is any professional-client relationship established with you through your use of this website.
Comments